martes, 19 de agosto de 2008

Día 39

19/08/2004

Olveiroa, Fisterra

Hoy también he empezado a caminar con Attila, pero a mitad de camino él se ha parado a tomar unas fotos.

También ha estado toda la mañana lloviendo.

Tras atravesar una larga playa he llegado a Finisterre. Nada más llegar al albergue he descargado la mochila y me he ido a la playa a darme un baño. El agua estaba muy buena. Luego he dado un gran paseo recorriendo toda la playa.

Todo el mundo decía que a eso de las ocho y media se iba al faro a ver la puesta de sol, pero yo me he esperado a ir después de cenar, cuando la gente ya regresaba.

He llegado al faro de noche y no había casi nadie. He ido directo a la última piedra del cabo y me he sentado.

Tras una media hora me encontraba solo, únicamente me alumbraba la luna y la luz del faro que pasaba por encima de mí intermitentemente. A mis pies, chocaba el agua contra las rocas. Si cerraba los ojos sentía como mi alma se escapaba de mi cuerpo y volara a bailar con el viento fuerte que allí soplaba. Casi parecía que el viento quería deshacerse de mí.

Ha sido un momento muy emocionante. He cruzado España de costa a costa andando.

Tras disfrutar del momento he regresado al albergue. Al lado de éste había un concierto de Folk y me he quedado un rato a verlo. Se me han hecho las doce de la noche. Hasta pronto.

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