lunes, 4 de agosto de 2008

Día 24

04/08/2004

Medina del Campo, Rueda, Tordesillas

Lo que me pasó ayer me ha hecho reflexionar. Hay veces que vamos por un camino en la vida por el que todo va bien pero, por circunstancias ajenas a nosotros, se nos complican las cosas, nos estancamos y parece que no podamos avanzar más. En esos momentos pensamos que lo único que podemos hacer es dar marcha atrás y abandonar la dirección que llevábamos. Pero, aunque sea con gran esfuerzo, debemos seguir, seguir avanzando, aunque lo hagamos más despacio, y esperar esa ayuda que, tarde o temprano, llegará de la mano de quien quizás menos te lo esperas. Da las gracias por esa ayuda brindada y, si puede ser, prosigue tu camino con la persona que, desinteresadamente, te ayudó en un momento difícil de tu vida. Nunca olvides a esa persona. Ella nunca te olvidará.

Hoy he llegado a Tordesillas. El ayuntamiento no quería saber nada de mí y he buscado la casa parroquial. He conseguido encontrarla y el cura me ha dejado para mí solo un edificio antiguo donde antes se impartía la catequesis. El edificio es muy grande. Tiene dos pisos y en el centro una especie de patio cuadrado con un pozo de piedra en medio. Todas las habitaciones están llenas de crucifijos, cuadros de la virgen y cuadros con caras de niños tristes. Todas las puertas chillan cuando las abres o cierras. La verdad es que, estar aquí sólo, es un poco escalofriante. Pero no hay más remedio. Voy a tener que dormir en el suelo pero, por lo menos, estoy bajo techo.

Hasta pronto.

No hay comentarios: