martes, 15 de julio de 2008

Día 4

15/07/2004

Casanueva, Casas del Puerto, Pétrola, Horna, Chinchilla

Hemos comenzado la caminata antes de que amaneciera. Al principio la vista era bonita: molinos de viento por doquier, montones de conejos de acá para allá… pero a las dos horas de estar andando lo único que me pasaba por la cabeza era “¿Cómo sabrá ese conejo en una paella?”. Pensamiento que seguramente ha sido engendrado por el hambre y el cansancio.

Pasado Pétrola hemos decidido proseguir hasta Chinchilla pero, a unos diez kilómetros de ésta hemos tenido que parar a descansar a un lado de la carretera, bajo la sombra de unos árboles.

Por la tarde hemos llegado a Chinchilla y, hemos hablado con la policía y ésta nos ha puesto en contacto con el alcalde. Han aceptado a cedernos alojamiento: el juzgado de paz del pueblo.

Ahora mismo nos encontramos bajo techo. La primera vez desde que emprendimos el Camino. También disponemos de baño, bueno de una bañera sin mango de ducha pero, es algo que viene bien para asearse y lavar la ropa.

La salud va empeorando y las fuerzas disminuyendo. Los pies de Pedro están cada vez peor, pero noto que su corazón, muy dentro de este, desea proseguir su camino. A mi me han salido las primeras ampollas, pero creo que de momento no tengo que preocuparme por ellas, son muy pequeñas.

Pero algo que sí me preocupa es mi salud intestinal porque, aunque no es demasiada la comida que entra en mi cuerpo, en los cuatro días que llevo de camino no he conseguido expulsar nada de él.

Los últimos kilómetros han sido bastante duros pero el baño y las llamadas de la gente añorada suben, en gran medida, los ánimos.

Hoy me ha llamado la atención una cosa. Iba por un camino pedregoso seguro de mis siguientes pasos pero, al lado había otro que no se sabía muy bien de dónde venía ni a dónde llevaba. Parecía más seguro seguir por el camino de siempre, además, cambiar de un camino a otro me costaría tiempo y esfuerzo, pero… ¿Por qué no arriesgarse y tomar el otro camino?

Bueno, mi compañero ya duerme. Creo que voy a seguirlo. Hasta pronto.

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